XII Cursa de Muntanya de Sant Amand de Ripoll (XII Carrera por Montaña de
Sant Amand de Ripoll). 2ª prueba del Circuit Català de Curses de Muntanya de la
FEEC (Federació Entitats Excursionistes de Catalunya).
Siguiendo con mi intención de dar voz a los deportistas "anónimos" que llenan los caminos y las montañas los fines de semana, publico esta entrada escrita por Jordi Boy, al que agradezco su colaboración. ¡¡¡Gràcies i forza Jordi!!!
Jordi Boy en la cima de Sant Amand
La presente crónica tiene dos objetivos básicos: el primero
de ellos es presentarme como corredor, vinculado al proyecto de Kiroltraining.
El segundo es aprovechar la oportunidad que se me ofrece para hacer divulgación
acerca de la realidad de las carreras por montaña en Cataluña, a partir de mi
participación en esta carrera (por otro lado, histórica, en el panorama
catalán).
Mi nombre es Jordi. Tengo 31 años. Hace unos cinco años me
metí en esto que se llama el “running”. Un par de años más tarde ya me metí en
esto de las carreras por montes y caminos. Desde principios de año, sigo un
programa de entrenamiento con Kiroltraining, del cual sólo puedo destacar
cosas buenas.
El pasado 6 de mayo participé en la XII Cursa de Muntanya de
Sant Amand de Ripoll (Girona, Catalunya). Organizada por el Club Excursionista
de Ripoll, en colaboración con la Comisaría de los Mossos d’Esquadra de la
localidad. La prueba forma parte del XI Circuit Català de Curses de Muntaya de
la FEEC.
Lourdes Aymerich 1ª Clasificada Femenina
Un total de 128 personas nos reunimos en Ripoll para
disfrutar de un recorrido oficial de 22’7 kilómetros y 2700 metros de desnivel
acumulado y punto más alto, la cima de la sierra de Sant Amand (1835 m.). El
vencedor absoluto masculino fue Ahmed el Qayed (U.E.C. Tortosa) con 1h 59’ 57”
(nuevo récord de la prueba). En categoría femenina absoluta, la vencedora fue Lourdes Aymerich (C.E. Avinyó) con 2h 36’ 05”. Además se ha entregado el trofeo
Eladi Munell al primer corredor en llegar a la cima de Sant Amand. En este
caso, el premio se lo ha llevado Aleix Fàbregas ( U.E. Sant Joan de les
Abadesses) con un tiempo récord de 1h 08’ 36”. Por mi parte, completé el
recorrido en 2h 36’ 13”, en la posición 49ª de la clasificación absoluta.
Ripoll amanecía con un tiempo nublado y húmedo, con señales
de haber llovido durante la noche y no dando señales de mejoría. No obstante,
el tiempo aguantó. Salimos puntualmente a las 9 horas de la mañana. Yo, como
siempre, en segunda fila. Por aquello de pasar un poco desapercibido pero
“protegiéndome” de lo que, en términos ciclistas, diríamos “el pelotón”. Una
táctica, una manía, no lo sé. De hecho lo de “el pelotón” va con cariño puesto
que, en no pocas ocasiones, yo he sido miembro “de honor” de este grupo a pesar
de mis intentos de tirar para arriba. Qué se le va a hacer! En los primeros
metros, un poco lo de siempre, la gente nos miramos unos a otros. Un pequeñó
empujón por mi derecha con el consabido “perdona”. Curva cerrada y llega la
primera cuesta que nos alejará del pueblo. La "fuerza de la gravedad” por
decirlo de alguna manera, hace su particular “selección natural” y nos pone a
todos en nuestro sitio. Primeros jadeos y primeras miradas a las zapas del
compañero de delante (por aquello de, uf, a ver si no llego). Poco a poco nos
metemos en el bosque y la cosa sigue subiendo y el recorrido no da ni un solo
llano para tomar aliento (parece mentira!). Es de esos días benditos en que las
piernas van ligeras; eso me da fuerzas para apretar un poco más (“demasiado
pronto”, me pregunto a mi mismo. ¡Quizá no!. ¿Hoy estoy bien! Me respondo,
jadeando confiado ) y paso a unos cuatro o cinco corredores. Estoy en el kilómetro 5 ó 6 y la velocidad de mis soplidos me indica que me he pasado de
optimista. “¡Qué le vamos a hacer, a aguantar con lo que hay!”, me consuelo a
mi mismo. Hasta la cima de Sant Amand quedan 6 o 7 kilómetros de subida por
senderos y prado alpino. El camino no da tregua pero, por otro lado, ofrece una
panorámica fantástica de la comarca del Ripollès. Una comarca de montaña
preciosa. Con algunas cimas clásicas (el valle de Núria, con la cima del Puigmal,
el Taga o el Bastiments) que vale la pena conocer.
Cartel de la prueba
Efectivamente, he ido más rápido de la cuenta y antes de
llegar a la cima, uno de los compañeros a los que pasé me ha adelantado y ya no
me lo volveré a encontrar hasta la meta. A pesar de ello, el cuerpo aguanta
bien y voy tirando para arriba. Empieza el descenso. Quedan por delante unos 10 u 11 kilómetros de bajada (con algún repecho al final, para animar al
personal). Empiezo a bajar muy rápido y seguro (usando algunas de las cuerdas
montadas por la organización), ofreciéndome, involuntariamente a hacer de
“liebre” a la vencedora femenina, hasta los últimos dos quilómetros. Ahí me
pasó y, como se acostumbra a decir “hasta otra, amigo”. Qué le vamos a hacer,
de todo se aprende! La bajada es bastante “técnica” y el terreno está mojado
con lo que los resbalones y el barro están a la orden del día.
Llegada a Ripoll, a la carrera. Con las piernas
maldiciéndome por el maltrato sufrido y el pecho a reventar y va y le pido una
marcha más al cuerpo, en los 100 metros finales. Alguien lleva rato
persiguiéndome (ni que fuera un “famosillo” de los de la tele, jejeje) y no
quiero ceder ni un palmo más de orgullo, jejeje… Me gustaría poder decir que
acabó bien (como en las películas) y que aguanté el envite. Oh, lo siento pero
no fue así. El compañero me acaba sacando dos segundillos en los últimos metros
(si, por casualidad, lee esto: un abrazo desde aquí).
Al final, después de recuperar el aire y con ello la
sensación de volver a estar vivo, me preparó para practicar el “juego social
del corredor de montaña”. Esto es, comentar la carrera con los compañeros y
compañeras mientras recupero calorías en la mesa de avituallamiento. En
ocasiones, la mejor parte de las carreras para mí. El momento de “liberar”
emociones contenidas y compartir la experiencia con los demás. En el fondo, un
privilegio. Sin los demás, estas locuras no tendrían ningún sentido. Y, sin
estos finales, perdería parte de su encanto, por lo menos para mí.
No me hago ilusiones con la crónica. Supongo que para los
“valientes” (o mejor dicho, pacientes) que os la habéis leído entera, no
habréis descubierto nada nuevo. No obstante, espero haber dejado en alguno de
vosotros o vosotras, como se acostumbra a decir, el “gusanillo” de hacer alguna
carrera en Catalunya. Aprovechar este deporte maravilloso para conocer otro
lugar, otra cultura y otro idioma. Hoy en día, a través de internet se puede
acceder a toda la información que se quiera. De todas maneras, os dejo un
enlace al sitio web de la FEEC, dónde podréis encontrar toda la información
sobre las carreras por montaña en Catalunya: www.feec.cat
Hasta otra ocasión, un abrazo bien fuerte a la gente de
Kiroltraining y, por supuesto, a todos aquellos que consultan su blog.
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