jueves, 28 de junio de 2012

¡ESTÁS MAYOR PARA CORRER! ¡JA, JA, JA!

¡ESTÁS MAYOR PARA CORRER! ¡JA, JA, JA!

 

A quién “entradito en años” no le han dicho nunca eso de “Déjalo, estás mayor para correr”. Yo soy de los que piensan que mientras la salud acompañe y no hagamos esperar demasiado a los voluntarios que nos avituallan o toman los tiempos en la meta, hay que seguir corriendo o esquiando o montando en bici o lo que sea. En mis “investigaciones” por revistas de Trail del mundo, leí una vez este artículo en “Trail Runners Magazine” de los EE.UU. y lo guardé pensando en que algún día podría utilizarlo para “callar la boca” a alguno de esos que nos dicen que somos mayores para correr.
Hoy día en el que añado un año más a mi edad(sólo a la del D.N.I., no a la real), creo que  es el momento idóneo para contaros lo que leí:
Barbara Macklow
Aunque Barbara Macklow se califique a sí misma como una corredora “del montón”,  no creo que sea nada “del montón” ver a una “abuela” de 48 kg. en la línea de salida de un Ultramaratón. A los 77 años de edad, Macklow natural de Bellingham, Washington, es una de las dos únicas mujeres en la historia de los EE.UU. que ha finalizado un Trail de 166 km. con más de 70 años.
“Correr es parte de mi vida, ya sabes, te levantas, te lavas los dientes y haces lo que te apetece. Pues bien, yo me levanto y me voy a correr” dice. Tan inspirador como su estado de forma a los 77 años, es el hecho de que comenzó a correr a los 51 años.
Barbara Macklow
Con su 1m.52 cm. de estatura, Macklow no ha sido de las que se asustan ante un reto. Quería una gran familia y tuvo cinco hijos. Durante unos cuantos años vivieron en un barco de 12 m. entre su casa de Connecticut y la Bahamas. Aunque dos de sus hijas nacieron con una enfermedad que les debilitaba la musculatura, Macklow les enseñó a ser independientes y a no dejarse intimidar por esta circunstancia. Según comenta su hija Karen, “ella nos enseñó cómo ser más fuertes”.
En 1975, justo después de vender el barco y asentarse en el estado de Washington, una de las hijas, de 11 años, fue arrastrada por el agua en un descenso familiar en rafting y se ahogó. Macklow tenía 41  años y ella y su marido se separaron un tiempo después.
Para Macklow los siguientes 10 años no fueron muy diferentes a una carrera de 100 millas, muy duros mentalmente y agotadores físicamente. Tuvo que sacar adelante a cuatro hijos con un presupuesto muy limitado trabajando turnos de noche como enfermera de Urgencias y criando animales en su pequeña granja. La exigencia del trabajo, la familia y la granja le reportaron un lento proceso de recuperación del de la muerte de su hija.
Cuando su hijo más joven dejó la casa familiar para marcharse a la Universidad, fue cuando Macklow se encontró con mucho más tiempo libre del que había tenido nunca y comenzó a montar en bicicleta como forma de hacer algo de ejercicio. Un día decidió salir a correr. Al principio no quería que fuera una actividad demasiado larga, pero…
Todavía recuperándose del stress acumulado durante los últimos años, el correr se convirtió en un alivio de su dolor, un pequeño bálsamo para su alma. Según ella “ cuando tú sometes tu cuerpo a stress y te esfuerzas físicamente, sobre todo en un bellísimo entorno, se te genera una gran paz mental. Correr largas distancias es como una terapia”.
Barbara Macklow
Rápidamente estaba “enganchada”. 10 años después corrió su primera carrera, fueron 6 km. que le abrieron la puerta a carreras más largas. Con 62 años corrió su primer martón en 4:36’. En 1999 con 65 años corrió su primer trail, la Chuckanaut Mountain 50 K. y su “amor” por el trail había nacido. Su compañera de entrenamientos Vicki Griffiths dice “ Barb es muy hábil en los trails, ella no tiene miedo y si se cae, no le da mucha importancia.
Después de Chuckanut, empezó a correr menos por asfalto y su atracción por el trail le hizo volver a Chuckanut todas las primaveras y a  Baker Lake 50 K. todos los otoños.    Después de correr varios 50 K. empezó a preguntarse cómo sería eso de correr todavía más largo.
En 2006, Macklow y Griffiths, con 72 y 63 años respectivamente, terminaron juntas la Pacific Crest Trail 50 M., en 13:56, justo 4 minutos antes del cierre del control. Al año siguiente, Macklow corrió la JFK 50 M. en 12:37, haciendo ciclos de 18 minutos corriendo y 2 minutos andando.
Salida de la Umstead 100-Mile Endurance Run
En 2009, Macklow y Griffiths tomaron parte en la Umstead 100-Mile Endurance Run. El Director de Carrera, Blake Norwood, estaba impresionado con la tenacidad de Blacklow y después de la conversación pre-carrera comentó “tiene mucho corazón y mucha determinación”.
Entretanto, Barb ojeó resúmenes de carreras y adapto su plan para 50 millas a uno para 100 millas, para entonces ya estaba inscrita y ya tenía el vuelo a Carolina del Norte. ESTABA PREPARADA. Uno de los dichos que utiliza es el “tú corres las primeras 50 millas con las piernas y últimas 50 con la cabeza, pero las horas más duras son la primera y la última”.
Hebilla - Recuerdo Umstead 100 M. Endurance Run
En Umstead, los corredores deben empezar la última vuelta de 12,5 millas antes de 26 horas para evitar el “corte”. Barb empezó esta última vuelta con 20’ de margen. El Director de Carrera comentó que obviamente ella estaba muy cansada pero con mucha determinación para terminar la prueba. “Cuando la vi, me convencí de que lo iba a conseguir”, comentó. Después de 20 horas 46 minutos y 11 segundos, una Barbara Macklow agotada pero increíblemente contenta, logró su “hebilla de cinturón”, recuerdo que se entrega a los finishers. 






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